Dicen los que saben de estas cosas, que la mejor edad para tener los sueños eróticos más salvajes, retorcidos, morbosos y sofisticados es la treintena. Mira tú por dónde, y por una vez, estoy en la cumbre de algo en la que aparece sexo y vejez en la misma frase.
Yo tengo mis dudas, que para eso uno ha tenido sueños húmedos desde muy pequeñito, y la única diferencia que veo es en que antes mi madre ponía lejía cuando lavaba las sábanas y yo le echo el detergente mondo y lirondo, pero conviene hacer caso a los expertos que para eso tienen estudios.
Thursday, December 20, 2007
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